Historia de Maremma

Importantes realidades de la Edad Media se combinan con los espléndidos hallazgos de la época clásica.

Los Aldobrandeschi, que durante siglos han gobernado esta tierra difícil, dejando fortalezas, fortificaciones, torres y aldeas para contar su presencia; hay numerosos vestigios de la dominación florentina de los Medici, los primeros partidarios de la recuperación de vastas áreas inhóspitas; y nuevamente el gobierno de Lorena, la familia austríaca que completó la reorganización de la provincia de Grosseto y favoreció su desarrollo económico y social.

Para conocer la Edad Media de la Maremma, puede visitar Massa Marittima, donde además de la famosa catedral, se conservan otros monumentos importantes como la Torre del Candeliere, la Fortaleza de Siena, el Episcopado, el Palazzo y el Fonti dell ‘. Abbondanza.

Para revivir el gobierno de los Aldobrancheschi, o admirar la terracota de Andrea della Robbia, un famoso escultor y ceramista italiano, solo queda subir las laderas del Monte Amiata y visitar Santa Fiora, una ciudad que se ha desarrollado alrededor de las fortificaciones de Aldobrandesque. que algunos aún permanecen.

Los signos del paso de los Medici, en cambio, se pueden rastrear en Grosseto, a lo largo de los muros hexagonales -que han permanecido casi completamente intactos- que delimitan el centro histórico y en el Cassero sieneso, la fortificación de 1344 incorporada, en el Siglo XVI, dentro de las murallas.

El promontorio de Monte Argentario y sus alrededores nos permiten revivir los años de la Maremma española; las numerosas e imponentes fortificaciones como la fortaleza española de Porto Santo Stefano y las fortalezas de Stella, San Filippo y Santa Caterina que se levantan alrededor de Porto Ercole nos hablan de la memoria del Estado de los Presidi, establecido en 1557 tras el traslado a España de la zona de Maremma, por la República de Siena.

En una zona rica en historia, no podían faltar los signos de la historia italiana más reciente; recordamos por ejemplo el paso de Garibaldi, que se abasteció de armas y municiones en la Polveriera Guzman de Orbetello, poco antes del desembarco del Mil, en 1860. Orbetello también fue elegido por Italo Balbo como punto de partida de los primeros vuelos transoceánicos. .

El arte del período industrial temprano caracteriza fuertemente el área de Follonica, un centro ya conocido en la antigüedad, pero que solo se desarrolló en el siglo XIX en torno a las Fundiciones Reales Imperiales, encargadas por el Gran Duque Leopoldo II de Lorena.

Como prueba de ello, la Iglesia de San Leopoldo, también conocida como la “Iglesia de la fundición”, es uno de los primeros ejemplos de combinación de diferentes materiales. Construida entre 1836 y 1838 sobre un proyecto del arquitecto Carlo Reishammer, la Iglesia se caracteriza por una eficaz combinación de hierro fundido y piedra para el pronaos, el coro, el púlpito y parte del campanario. Totalmente en hierro fundido, sin embargo, la puerta neoclásica, una obra de alta tecnología realizada por los maestros fundadores de Follonica.

Los artefactos y testimonios del pasado de la Maremma también se conservan en los numerosos museos de arte, arqueológicos y etnoantropológicos, ahora reunidos en la red provincial «Museos de Maremma».

Quienes visitan la Maremma tienen la oportunidad de emprender un viaje emocionante para descubrir el pasado en este momento y también una interesante exploración del arte moderno.

La provincia de Grosseto es considerada por muchos artistas contemporáneos como un lugar ideal para la creación y ambientación de sus obras.

Numerosas e importantes obras de arte están presentes en nuestra área:

• «El Jardín del Tarot», a pocos kilómetros de Capalbio, creación de la artista franco-americana Niki De Saint Phalle.
• «El jardín de los sonidos de Paul Fuchs» en Boccheggiano, en el municipio de Montieri, donde más de 20 esculturas de hierro, bronce y cobre, colocadas en posiciones particulares, crean sonidos en completa armonía con el entorno circundante.
• «El jardín de Daniel Spoerri», en el municipio de Seggiano, donde se exhibe la vasta colección de obras recopiladas por el artista suizo.
• También en la zona de Monte Amiata, el «Jardín de Piero Bonacina – Arte a Parte -» en Montegiovi, en el municipio de Castel del Piano, un taller al aire libre lleno de esculturas de madera, metal, hormigón y piedra, totalmente integrado en el paisaje.

La combinación de múltiples materiales crea los «Viajes de regreso», obra del bioarquitecto Rodolfo Lacquaniti, construido en el espacio natural del antiguo padule de Buriano en Castiglione della Pescaia, permitiéndonos finalmente sumergirnos de lleno en un camino surrealista sembrado de instalaciones y video arte.